En medio del tranquilo paisaje al norte de Querétaro emerge Casa Juriquilla, una vivienda que materializa la riqueza cultural de México con un enfoque contemporáneo. Diseñada por Estudio Mero, esta estructura se articula en torno al concepto del patio, un sitio en el que convergen la vegetación y la calidez de la vida cotidiana. 

Con 350m2 distribuidos en dos niveles, los muros terracota de Casa Juriquilla abrazan la esencia del entorno. Construida en un acogedor fraccionamiento de casas blancas, la residencia se adapta a la topografía del terreno: sus medios niveles se adecúan a la pendiente natural de la estepa queretana.

Al interior, sus amplios ventanales iluminan el patio central, que deja entrever el cielo. Este espacio, al que se accede a través de un panel corredizo de aluminio con cristal claro, funge como un punto de encuentro y permite el paso de corrientes de aire que ventilan todos los espacios de la casa. 

Unas escaleras con piedras ocre conducen a la segunda planta, en la que se ubica la habitación principal. La casa también cuenta con su propio estudio y una terraza con den room desde la que pueden admirarse el pasto del jardín y la alberca.

Esparcido a lo largo de seis casillas, el mobiliario mexicano de Juriquilla funde elegancia con tradición. El color barro de los tabiques crea una atmósfera fresca que entra en diálogo con la producción típica de la zona. 

Resalta el uso de tecnologías pasivas de sustentabilidad, como sistemas de captación y tratamiento de agua pluvial, además de paneles fotovoltaicos. Cada detalle del proyecto Juriquilla evoca armonía y una profunda conexión con la naturaleza.